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Hecho por Alejandro Caruso

lunes, 28 de junio de 2010

Como en la Edad Media

Argentina derrotó 3 a 1 a México con dos goles de Carlos Tevez y uno de Gonzalo Higuaín. El primer gol de Carlitos lo convirtió en posición adelantada. Para los aztecas descontó Javier Hernández. De esta manera, el seleccionado nacional avanzó a los cuartos de final donde se medirá ante Alemania.



No fue una pelota de jugada preparada. Tampoco un rebote en el rival. Esta vez la apertura del marcador y la clave del partido se produjo debido a un grosero error arbitral del italiano Roberto Rosetti y su asistente Stefano Ayroldi, que convalidaron un gol de cabeza de Tevez, quien permaneció por 150 centímetros en fuera de juego.
Los dirigidos por el Vasco Aguirre se desesperaron al derrumbarse su planteo por un error ajeno y comenzaron a cometer los propios. Osorio le dejó la Jabulani servida a Higuaín, que solo tuvo que dejar revolcado al Conejo Pérez con una pisada de salón, para aumentar la cuenta. Así fueron a buscar el partido y dejaron muchos espacios atrás, un detalle no menor ya que por características a Argentina se le simplifican las cosas cuando le toca salir de contra. Ahí se vio lo mejor del equipo de Diego Maradona, que con poco había liquidado la serie, pero fue eficaz en los momentos justos.
El partido de la polémica coincidió con el mejor del delantero del Manchester City, quien se mostró encendido desde el arranque, con su típica garra, al correr y seguir todas las pelotas, hasta salir reemplazado por Juan Sebastián Verón. Tevez no sólo tuvo entrega marca registrada del ex Boca, sino que también se sacó la mufa: viveza suficiente para inyectarle potencia a un remate de Lionel Messi, con un cabezazo al fondo del arco vacío en el primero tanto, y terrible zapatazo al ángulo que el arquero Oscar Pérez, de pequeña estatura y menor elasticidad, no llegó ni a rozar para el tercero del equipo y segundo de su cuenta personal.
Antes de esos momentos y en los primeros minutos, Argentina la pasó mal. Los aztecas le plantearon un partido difícil de abrir, con dos líneas de 4 cubrió los espacios y presionaba a partir de la mitad de cancha. La fórmula elegida para causarle dolores de cabeza a Sergio Romero fueron los tiros de media distancia: Salcido pegó uno en el travesaño, y los de Guardado y Hernández salieron apenas desviados.
Argentina no podía ser protagonista y la única manera que encontraba de llegar pero sin peligro eran por pelotazos largos que partían desde el fondo. Gabriel Heinze era el ejecutor de envíos cruzados para que Higuaín capitalizara alguno. El Gringo cumplió una gran actuación: salvó una pelota en la línea y, a diferencia del partido del 2006, esta vez siguió a Márquez a quien también le quitó el esférico. Sólo faltó su cabezazo goleador como contra Nigeria, aunque por esta oportunidad tuvo que conformarse solamente con cabecear una cámara que lo golpeó en el festejo del gol del Pipita.
El que aún no puede sacarse la mufa es Messi, que al igual que el equipo, no estuvo en su mejor partido. Cada vez más fastidioso con sus marcas, aparte de que rafa Márquez y Torrado lo persiguieran y castigaran cada vez que podían, el astro del Barcelona está obnibulado y obsesionado con el gol. Intentó mediante todos los medios convertir, aunque sus compañeros quedaran mejor perfilados, pero Leo debe tomárselo con calma y sentir que las cosas las está haciendo bien, ya que cuando más se preocupa por un presente claro, se le nubla el arco.
En la previa del partido Diego Maradona se quejaba del gol que no le cobraron a Frank Lampard, que tras una espectacular vaselina no podía celebrar el empate de Inglaterra contra Alemania, porque el árbitro uruguayo Jorge Larrionda no vio que la pelota picara un metro adentro del arco, luego de rebotar en el travesaño. El director técnico del seleccionado argentino pedía un cambio en la FIFA. Deseaba que de acá al futuro revean su postura de no usar la tecnología. Irónico o no, pocos minutos después otra jugada polémica que podría haber sido anulada con el uso de las pantallas abría el partido en el que Argentina le ganó a México por 3 a 1. Sin ojo de halcón como en tenis o video ref como en rugby, en 2010 los avances técnicos en el fútbol siguen sin aparecer como en la Edad Media.



martes, 22 de junio de 2010

El fútbol da revancha

Argentina derrotó 2 a 0 a Grecia con goles de Martín Demichelis y Martín Palermo. De esta forma se adjudicó el grupo B con puntaje ideal y deberá medirse ante México, en octavos de final, como sucedió cuatro años atrás en el Mundial de Alemania.



Diego Maradona realizó siete modificaciones con respecto al triunfo anterior frente a Corea del Sur, ya que pese a que la clasificación no estaba matemáticamente sellada, solamente una catástrofe futbolística sumada a una combinación de resultados hubiese hecho que la odisea sudafricana pasara a convertirse en una real calamidad apocalíptica.
Con ese mapa, Grecia que jugó su segundo Mundial y su mayor logro histórico fue ganar una Eurocopa defendiéndose en los seis partidos que lo llevaron a la gloria, debía golear al seleccionado nacional, en su versión B, más Messi.
Así que con poco, Argentina fue superior a su rival pero no se destacó, no mostró su mejor cara. Lionel Messi, el flamante capitán, no podía liberarse de la pegajosa marca de Sokratis Papastathopoulos, quien lo contuvo bien durante todo el cotejo, hasta el ingreso de Javier Pastore que al asociarse junto a la Pulga, tuvo más volumen de juego y profanidad. Ya no solo se llegaba mediante los remates de afuera tras las rápidas proyecciones de Clemente Rodríguez, a partir de ese momento el 10 se convirtió en la figura y desató la telaraña griega del medio, que obligaba a lateralizar demasiado el balón.
La defensa no pasó mayores sobresaltos a diferencia de los enfrentamientos anteriores, ya que los integrantes de la última línea estaban perfectamente acoplados a su vocación defensiva. En tanto que los helenos ayudaron mucho al aislar como único punta a Samaras, quien igualmente se las rebuscó para tener una chance que terminó en saque de meta.
La frutilla del postre la puso Martín Palermo, una vez más la vida luego de tantos golpes que le dio, le llegó una nueva revancha, para su película más mágica. Apenas diez minutos después de su ingreso, capturó un rebote del arquero Tzorvas, tras un disparo de Messi. Atrás quedaron las roturas de ligamentos cruzados, la tribuna caída en el Villarreal y el petardo en el mentón en el amistoso contra Costa Rica. Todo fue alegría y éxtasis con un toque y un arquero vencido, para liquidar el pleito y sellar la clasificación. Otro que tuvo reválida fue Demichelis, responsable del gol de Chung-Yong por la segunda fecha, que desquitó al abrir el marcador en este partido, tras un rebote de un disparo propio que había dado en el delantero, con su pierna menos hábil la mandó al fondo de la red.
En octavos de final espera México, como hace cuatro años, en la anterior Copa del Mundo, que sin dudas buscará revancha de esa fecha en la que todavía ven como cae del cielo el pelotazo de Maximiliano Rodríguez, para sentenciar el 2 a 1 en tiempo suplementario. Pero ellos ya tuvieron una revancha y fue por las semifinales de la Copa América 2007, en Venezuela, aunque muchas chances no tuvieron porque Argentina goleó 3 a 0 con tantos de Messi, Carlos Tevez, que se encuentran en el plantel y un automarginado Juan Román Riquelme, de penal.
Pero otro que buscará revancha es Leo Messi, que el gol por una u otra manera sele sigue negando. El delantero del Barcelona continúa convirtiendo en figura a los arqueros contrarios y la suerte no está con él, ya que los gritos también son atragantados por los palos y parantes del arco. Pero él más que nadie sabe que el fútbol da revancha y ella será terrible.

jueves, 17 de junio de 2010

Al que madruga...

Argentina goleó 4 a 1 a Corea del Sur con un gol en contra de Chu Young Park y tres de Gonzalo Higuaín. Una vez más se puso en ventaja rápidamente, volvió a sufrir y luego lo liquidó floreándose. Para los asiáticos había descontado Chung Yong Lee.



Nuevamente, en el amanecer del partido y en el amanecer del día, Argentina ya se encontraba en ventaja y eso le permitía manejar el partido con más tranquilidad. Nuevamente una pelota parada fue el factor por el que se abrigo el marcador.
Esta vez tardó un poco más en llegar el primer grito. Diez minutos más tarde, a los 16. Esta vez el ejecutor no fue Juan Sebastián Verón a quien no se lo extrañó para nada por su lesión, fue Lionel Messi quien acomodó el esférico. Y esta vez no fue Gabriel Heinze de palomita que incrustó el balón contra la red, fue Chu Young Park quien infortunadamente desvió el centro de La Pulga hacia la red. Otra jugada preparada más, que como receptor tenía a Martín Demichelis, quien se relamía unos metros más adelante solo para gritar su gol, antes de convertirse en un eventual enemigo por quedarse dormido y volver a poner en partido a Corea sobre el final de la primera mitad, al regalarle el descuento a Lee, uno de los tantos que tiene el equipo de la marea roja.
Es importantísimo el trabajo de pelotas preparadas que son los que empiezan a ganar los partidos. Indudablemente Diego Maradona entendió que era la clave y dio en la tecla. Cada foul es una sorpresa sobre lo que pueden hacer los de celeste y blanco, con gran mayoría de buenas resoluciones. Y se entiende que este sea el método por la cantidad de faltas que reciben Messi, quien tuvo otro gran partido pero por desafortunada suerte el gol se le niega, Carlos Tevez, quien tuvo un partido condecoratorio, y Ángel Di María. Estos tres jugadores, que explotan su velocidad de mitad de cancha en adelante son cortados con infracciones en el momento de la aceleración. Tenga la característica que tengan sus rivales, cortar la jugada para no terminar con el balón en la red, pero el seleccionador se encargó de encontrar otra forma para que la busquen adentro igual.
Otra preparada perfecta, un nuevo tiro libre que Messi jugó corto para Maximiliano Rodríguez, este mandó un centro corto para Nicolás Burdisso quien había reemplazado a Walter Samuel por lesión. El defensor de la Roma la peinó para que por atrás apareciera Gonzalo Higuaín que hasta no había tenido un buen partido, pero como todo goleador, se alimentan de su confianza y cuando entra una, llegan todas juntas. Le sobre olfato al delantero del Real Madrid, que tras el remate de La Pulga en el palo, apareció solo para convertir el segundo de su cuenta personal y luego de una contra, con centro de Sergio Agüero, cabeceó a contra pierna del arquero Sung Ryong.
Desde Gabriel Batistuta, máximo goleador de la historia del seleccionadocon 56 gritos, había sido el último que había anotado un hatrick en un Mundial, en el 5 a 0 a Jamaica, por la segunda fecha del grupo H de la Copa del Mundo de Francia 98 y que también le había metido tres a Grecia, por la primera fecha del Mundial de Estados Unidos 1994. Al Pipita Higuaín no le pesó la 9 en la espalda y se sacó la mufa del primer partido, con goles bien de centrodelantero: dos cabezazos letales y una aparición en el momento justo. Así desplazó a Tevez como figura, que mostró un primer tiempo interesante al batallar contra todas las piernas coreanas que trabaron con él. El Kun, quien reemplazó a Carlitos, también tuvo un gran encuentro, que con su vértigo llegaron los dos contraataques que definieron el partido, en otra gran lectura de Maradona y sus colaboradores, en el momento que todos creían que iban a sacar un delantero por un jugador más defensivo.
Esta vez la defensa no mostró flaquezas, pero si desatenciones para tener en cuenta, ya que en otras instancias te volvés a tu casa (sino que lo diga Roberto Carlos que por subirse las medias en un tiro libre perdió la marca de Thierry Henry y se fueron en cuartos de final).
Argentina jugó un buen partido, tal vez en volumen de juego y situaciones menor al de Nigeria, pero más eficaz en cuanto a resoluciones de jugadas. Una vez más, casi desde el vestuario se encontró con la ventaja tranquilizadora. Y si, al que madruga…



Mismas iniciales

Hasta ahora todos los que convirtieron goles con la camiseta albiceleste poseen las mismas iniciales: G y H. Gabriel Heinze, en la victoria ante Nigeria y Gonzalo Higuaín, por tiplicado frente a Corea del Sur, fueron los autores de los festejos argentinos. están para el Gran Hermano.

sábado, 12 de junio de 2010

La lona verde venció a las águilas verdes

Argentina derrotó 1 a 0 a Nigeria en el debut en la Copa del Mundo, sin sobrarle nada. Fue un resultado justo. Podría haber ampliaod la ventaja pero padeció la falta de contundencia y terminó sufriendo. Gabriel Heinze marcó de cabeza a los 6 minutos del primer tiempo.




La guardia periodística que hace diez días acompaña al seleccionado en su misión mundialista, aparte del frío que los aquejaba, no paraba de quejarse de que no eran bien tratados y encima no podían pasar a las prácticas. Es que por disposición del cuerpo técnico, la concentración del seleccionado nacional en Pretoria, apareció con lonas verdes, detrás de su reja, que prohibían bajo cualquier circunstancia saber lo que el equipo realizaba en sus entrenamientos.
Sí, al mejor estilo Daniel Passarella en el predio de L´Etrat en el Mundial de Francia 98, Diego Maradona hizo lo mismo y mal no le fue. El tiempo le dio la razón ya que acusó, aparte de necesitar un poco de privacidad, ensayar una y otra vez las jugadas preparadas sin que nadie se entere. Y precisamente fue por esta vía que Argentina cosechó sus primeros tres puntos en Sudáfrica.
Juan Sebastián Verón envió un corner desde la derecha, Walter Samuel hizo una cortina bien basquetbolística y Gabriel Heinze entró solo desde afuera del área hasta ubicarse en el punto penal y de palomita, con un cabezazo cruzado marcó el primer gol argentino en el Mundial.
No solo esa fue la única jugada preparada, también hubo otro tiro de esquina que impactó Samuel por arriba del travesaño y un tiro libre que Lionel Messi, tras una pared con Ángel Di María, penetró al área y despejó Vincent Enyeama. No fue la única que el arquero nigeriano le tapó al crack argentino, fue una imagen repetida durante toda la tarde, que llegó a convertir en figura del partido al jugador del Hapoel Tel Aviv de Israel.
Argentina por momentos tuvo gran volúmen de juego, cuando se juntaron Verón, Messi y Carlos Tevez. Incluso la cuenta pudo haber sido mayor, pero además del portero que estuvo en su tarde, el que estuvo irreconocible fue Gonzalo Higuaín, quien sufrió una falta de contundencia extraña en él. Misma carencia de efectividad que tuvo el rival, ya que contó con algunas oportunidades de gol mal resueltas por sus jugadores, como la que Uche con el arco de frente la tiró por arriba. La peor parte de la defensa se vio por el sector derecho, donde Jonás Gutiérrez no se sintió cómodo y se vio superado en varias jugadas del partido.
Gracias a las pelotas preparadas, la albiceleste debutó con el pie derecho, gracias a las lonas verdes que cubrieron el predio de Pretoria, se pudo derrotar a las Águilas Verdes nigerianas.

viernes, 11 de junio de 2010

Tshabalala, Márquez y el viento

Sudáfrica y México igualaron 1 a 1 en el partido inaugural de la Copa del Mundo. Un partido que en la previa no era atractivo de no ser porque era el primero en disputarse, terminó siendo entretenido con un resultado justo que no le sobró nada.



Luego de la algarabía en las calles y la celebración de distintos espectáculos, finalmente África disfruta de su momento de atención porque el árbitro uzbeco Ravshan Irmatov dio el pitazo inicial y la pelota se puso en ruedo. Sudáfrica y México comenzaron su participación en la etapa final del Mundial, con un 1 a 1 que si bien no deja contento a todos, tampoco les queda un sabor amargo, ya que con este resultado y pese a que les queden los pesos más pesados del grupo (según indica la historia), se aseguraron mantener vida mínimamente hasta la tercera fecha.
En los primeros minutos de juego los visitantes parecían los locales por la forma que se volcaban en el terreno adversario y no precisamente por su público, que igualmente se hizo sentir durante la entonación del himno y cada vez que el arquero rival sacaba, sin nada que envidiarles a las estruendorosas vuvuzelas, que en la transmisión de la televisión sufrieron la disminución del audio ambiente para, lamentablemente, oir mas a los relatores y comentaristas de turno.
Durante esos veinte minutos iniciales se vio lo mejor del equipo azteca, que llevaba peligro a la valla de Itumeleng Khune cada vez que abrían por la derecha, turnándose Aguilar y Vera para llenar de centros la cabeza del argentino naturalizado Guillermo Franco, muy desacertado con la puntería, tanto con la cabeza como con sus pies. Precisamente por esa última vía tuvo la más clara de la primera mitad pero su remate fue tapado por el arquero sudafricano, después de un genial pase de Giovanni Dos Santos, quien con su movilidad y disparos de larga distancia se pudo apreciar al mejor jugador del partido.
El anfitrión de a poco llegaba cada vez más al área que cuidaba Oscar Pérez. Se repuso a los sofocones y asimiló la presión, pudo darse cuenta que no es menos que su rival y que en la zona los cuatro equipos están más que parejos en el nivel. Así fue a los 10 minutos del segundo tiempo Tshabalala con un zurdazo cruzado al ángulo marcó el primer gol de la Copa.
Moría el partido y el futuro de México en el Mundial era tan oscuro como el color de su camiseta alternativa, pero por distracción defensiva con un jugador que quedó enganchado en la última línea, le permitió a Rafa Márquez igualar a los 33 minutos del complemento. Jamás se notó la inactividad del defensor central por ser suplente en Barcelona, ni le pesaron sus 31 años, Rafa se notó intacto y corrió tan rápido como el viento.
Solo quedó tiempo para Mphela estrellara un remate contra el poste, en la agonía del partido, pero que pese a ello el resultado fue justo con un arbitraje correcto (la primera vez que dirige un referí de Uzbekistán en un Mundial), que no incidió en el marcador, no inclinó la cancha y anuló correctamente un gol a Vela por posición adelantada.

miércoles, 9 de junio de 2010

Antes de Pretoria, también hubo una historia

Trayecto de Argentina durante las Eliminatorias sudamericanas clasificatorias a la Copa del Mundo 2010. Partido a partido. Del Coco Basile a Diego Maradona.



Así chupándola, mamándola, lamiéndola, la selección Argentina sufrió más de lo debido su pasar en las Eliminatorias sudamericanas, pero finalmente tuvo su final feliz en el estadio Centenario en Montevideo y cumplió el objetivo de clasificarse de manera directa a la Copa del Mundo.
Argentina arrancaba su largo camino hacia Sudáfrica el 13 de octubre del 2007, cuando en el Monumental el equipo de Alfio Basile recibía al Chile de Marcelo Bielsa. El comienzo sería con una victoria gracias a dos goles de tiro libre de Juan Román Riquelme, que estaba sin jugar en el Villarreal de España y llegaba a la Selección para ser la figura del partido. Después seguiría la racha ganadora dos partidos más, en la visita a Venezuela por 2 a 0, con goles de Gabriel Milito y Lionel Messi, y de local frente a Bolivia con una goleada de 3 a 0.
Pero eso si en la cuarta fecha había que visitar a Colombia y en ese momento llegaría la primera derrota por 2 a 1 y en condición de visitante, el único gol argentino lo marcaría Messi. En ese momento el equipo sentiría una recaída en su juego y los resultados lo demostrarían ya que se produjo una serie de 4 empates consecutivos. De Local frente a Ecuador en 1 gracias a un gol de Rodrigo Palacio en el último minuto, 0 a 0 con Brasil de visitante, y también 1 a 1 ante Paraguay en River y contra Perú en Lima.
El triunfo volvería en casa frente a Uruguay. Messi y Agüero marcarían los goles para sentenciar el 2 a 1. En la fecha siguiente, en su visita a Chile, Argentina jugó muy mal y cayó por 1 a 0 debido a un gol de Orellana a los 35 minutos del primer tiempo. Al día siguiente, Basile decidía renunciar a la dirección técnica del seleccionado.
Quince días después, Julio Grondona pondría en el cargo a Maradona, para que clasificara a un equipo que se encontraba en el cuarto lugar de la tabla de posiciones, pero unas explosivas críticas sobre el rendimiento de Juan Román Riquelme derivaron en una nueva renuncia del diez de Boca a vestir la casaca albiceleste. Esta vez el motivo no fue su mamá, fueron la falta de códigos que manejaba con el dueño del banco argentino.
El debut de Diego, como técnico de Selección en partidos oficiales, se produjo por la fecha 11 de Eliminatorias, el 28 de marzo, en un Monumental que desbordaba de ilusión. El rival fue Venezuela, que no estuvo a la altura de las circunstancias y se iría goleado por 4 a 0. La curiosidad de esa tarde/noche de Núnez fueron los silbidos y maltratos por parte del público hacia Juan Sebastián Verón quien ingresó a pocos minutos de finalizar el partido.
Cuatro días más tarde llegaba la peor catástrofe futbolística a nivel deportivo y resultado. Bolivia en los 3600 metros de altura de La Paz humilló a Argentina goleándolo por 6 a 1. Juan Pablo Carrizo, el arquero que el Diez había dicho que sería titular en el Mundial, perdió su puesto debido a las seis veces que la fue a buscar adentro.
Con el mes de junio llegó otra doble fecha de Eliminatorias. Esta vez los rivales fueron Colombia en River y Ecuador en los 2800 metros de altura de Quito. En el primer partido, Mariano Andújar al arco y Fernando Gago como volante por derecha delante de una línea de tres. El jugador del Real Madrid se vio desorientado durante toda la primera mitad debido al único invento del entrenador durante su era. El partido terminaría 1 a 0 para Argentina. Tanto Maradona como muchos jugadores se quejaron del estado del campo de juego que estaba desvastado por un recital que habían brindado Los Piojos una semana antes en el mismo escenario. Hubo un cruce fuerte entre Diego y los dirigentes Millonarios.
Ante Ecuador, el equipo jugó sus mejores 45 minutos de la etapa inicial, en la cual Messi desperdició un gol a metras del arco y Tevez malogró un penal. Para la segunda mitad faltaron piernas y aire, algo bien aprovechado por los locales para imponerse 2 a 0 y hasta podrían haber aumentado el marcador.
Llegaría el momento más crítico, ya que se decidió mudar la sede del esperado partido contra Brasil a la cancha de Rosario Central. Los motivos eran el malestar del campo de River, las excusas eran el frío aliento de los porteños y los rumores indicaban que el día del clásico sudamericano, el 5 de septiembre, era el mismo del 0-5 con Colombia por las Eliminatorias 94, por lo que por cábala se habría decidido la mudanza del estadio. Maradona apostó por la zaga central del Vélez campeón: Nicolás Otamendi y Sebastián Domínguez. En tanto que Dunga planteó un esquema defensivo y apostó por las pelotas aéreas y contraataques, que finalmente fueron las claves del partido. Fuerte reproche de Gabriel Heinze para Sebastián Domínguez al acusarlo como el responsable de la pérdida de la marca en el primer gol brasileño de Luisao. Amplió Luis Fabiano para la visita, Dátolo descontó con un zapatazo de afuera del área y nuevamente el delantero del Sevilla, tras un gran pase de Kaká cerró el marcador: 3 a 1. Andújar perdió la titularidad. Verón fue reivindicado por la gente argentina.
Para el duelo contra Paraguay, por más cambios de nombres lo que no pudo darle Maradona a la Selección fue un cambio de timón. El nuevo dueño del arco pasó a llamarse Sergio Romero. El equipo siguió sin aparecer, con un Lionel Messi completamente desconocido al que deslumbraba en el Barcelona. El local ganó 1 a 0 con gol de Haedo Valdez y el equipo del Tata Martino fue el segundo en clasificarse, después de Brasil, frente a la cara de los mismísimos argentinos.
Con la tercera derrota al hilo consumada, el técnico se tomó unas vacaciones de una semana en un spa en Italia. Una actitud desaprobada por la prensa, ya que el equipo se ubicaba en el quinto lugar de la tabla, por lo que debería disputar un repechaje ante el cuarto de la CONCACAF.
Para la última doble fecha decidió convocar por primera vez a Gonzalo Higuaín. El delantero del Real Madrid tuvo la responsabilidad de debutar en el seleccionado y lo hizo muy bien, al convertir el primer gol ante Perú, pero no fue el héroe. Tras el calamitoso error de Javier Mascherano que después de un taco en el área propia, en el minuto 89, le regaló la pelota a los rivales para que Rengifo empatara el partido, apareció el optimista del gol: Martín Palermo, en lo que fue el gol del año, agradeciéndole a Dios bajo el diluvio que caía sobre el Monumental.
Con la tranquilidad de depender de sí mismo Argentina viajó a Montevideo. Maradona planteó un gran partido y jugó con la necesidad de Uruguay que debía obtener el triunfo, así plantó un medio combativo con Verón como bandera. Mario Bolatti marcó el gol de la clasificación directa de Argentina al Mundial y desató la locura del cuerpo técnico y jugadores, quienes les dedicaron el triunfo especialmente a los periodistas mediante mensajes poco adecuados para la ocasión.
Pero por suerte el Seleccionado nacional lo logró y todos la tenemos bien adentro… del Mundial, claro.

lunes, 7 de junio de 2010

El veloz escocés

Jackie Stewart fue tres veces campeón de la Fórmula 1, destacándose a fines de la década del sesenta y durante los setenta. Luego tuvo su propia escudería junto a su hijo. Gracias a él se impuso el casco envolvente para proteger a los pilotos. Un ícono del automovilismo mundial que pocos recuerdan.



John Young Stewart fue tres veces campeón mundial de Fórmula 1: en 1969, 1971 y 1973. El escocés, a lo largo de su trayectoria, corrió para las escuderías BRM, Matra, March y Tyrrel, con las cuales compitió en 99 Grandes Premios, en los que consiguió el récord de 27 victorias, que en 1987 fue superado por el francés Alain Prost. Tras retirarse de las pistas, dirigió su propia escuadra junto a su hijo: la Stewart Grand Prix.
Jackie Stewart, por como se lo conoce, dio sus primeros pasos en la máxima categoría del automovilismo mundial para el equipo Owen Racing, con chasis y motores BRM. Su debut se produjo en el Gran Premio de Sudáfrica en 1965, en el que finalizó en la sexta posición. Ese mismo año, en Italia, consiguió su primera victoria.
La temporada continua lo marcaría trágicamente. Luego de obtener un triunfo en la primera fecha, en Mónaco; durante el Gran Premio de Spa, Bélgica, sufrió un accidente que casi le cuesta la vida al quedarse atrapado en su coche en llamas, pero finalmente fue rescatado por el piloto inglés Graham Hill. Además, la ambulancia que lo trasladaba al hospital no conocía el camino y terminó extraviándose. Así comenzó una lucha para mejorar la seguridad en la Fórmula 1, la cual terminaría con la inclusión del casco envolvente para todos los corredores.
En 1969, fichó para el equipo de Ken Tyrrel, con chasis Matra y motores Ford. Y al año siguiente consiguió su primer título, con 6 victorias y una diferencia abismal sobre Jacky Ickx, su más próximo perseguidor. Un año después se produjo la ruptura definitiva con Matra, quien quería usar sus propios motores, y así el británico pasó a March, equipo constituido por Max Mosley, ex presidente de la FIA.
Tyrrel, en 1971, compró chasis de Matra y con motores Ford, formó su propia escudería: el Tyrrel Racing. De esta forma, Stewart, con 6 triunfos, se adjudicó su segundo campeonato en un torneo que dominó de punta a punta. En 1973 y tras obtener el primer lugar en 5 competencias, logró su último mundial, aunque su retiro de la actividad, en la última fecha de ese mismo año en Estados Unidos, se vio opacado por la muerte de Francois Cevert, su compañero de equipo.
El escocés tuvo estuvo a cargo, junto a su hijo Paul, de su propia escudería de F1, la Stewart Grand Prix, entre 1997 y 1999. Usó motores Ford y de pilotos a Rubens Barrichello y Johnny Herbert. Sólo consiguió una victoria (Gran Premio de Europa, en 1999) gracias a este último, en los 3 años que duró el proyecto. Tras fracasar económicamente fue vendida a la marca del óvalo, quien renombró a la escuadra como Jaguar Racing.