Argentina derrotó 2 a 0 a Grecia con goles de Martín Demichelis y Martín Palermo. De esta forma se adjudicó el grupo B con puntaje ideal y deberá medirse ante México, en octavos de final, como sucedió cuatro años atrás en el Mundial de Alemania.
Diego Maradona realizó siete modificaciones con respecto al triunfo anterior frente a Corea del Sur, ya que pese a que la clasificación no estaba matemáticamente sellada, solamente una catástrofe futbolística sumada a una combinación de resultados hubiese hecho que la odisea sudafricana pasara a convertirse en una real calamidad apocalíptica.
Con ese mapa, Grecia que jugó su segundo Mundial y su mayor logro histórico fue ganar una Eurocopa defendiéndose en los seis partidos que lo llevaron a la gloria, debía golear al seleccionado nacional, en su versión B, más Messi.
Así que con poco, Argentina fue superior a su rival pero no se destacó, no mostró su mejor cara. Lionel Messi, el flamante capitán, no podía liberarse de la pegajosa marca de Sokratis Papastathopoulos, quien lo contuvo bien durante todo el cotejo, hasta el ingreso de Javier Pastore que al asociarse junto a la Pulga, tuvo más volumen de juego y profanidad. Ya no solo se llegaba mediante los remates de afuera tras las rápidas proyecciones de Clemente Rodríguez, a partir de ese momento el 10 se convirtió en la figura y desató la telaraña griega del medio, que obligaba a lateralizar demasiado el balón.
La defensa no pasó mayores sobresaltos a diferencia de los enfrentamientos anteriores, ya que los integrantes de la última línea estaban perfectamente acoplados a su vocación defensiva. En tanto que los helenos ayudaron mucho al aislar como único punta a Samaras, quien igualmente se las rebuscó para tener una chance que terminó en saque de meta.
La frutilla del postre la puso Martín Palermo, una vez más la vida luego de tantos golpes que le dio, le llegó una nueva revancha, para su película más mágica. Apenas diez minutos después de su ingreso, capturó un rebote del arquero Tzorvas, tras un disparo de Messi. Atrás quedaron las roturas de ligamentos cruzados, la tribuna caída en el Villarreal y el petardo en el mentón en el amistoso contra Costa Rica. Todo fue alegría y éxtasis con un toque y un arquero vencido, para liquidar el pleito y sellar la clasificación. Otro que tuvo reválida fue Demichelis, responsable del gol de Chung-Yong por la segunda fecha, que desquitó al abrir el marcador en este partido, tras un rebote de un disparo propio que había dado en el delantero, con su pierna menos hábil la mandó al fondo de la red.
En octavos de final espera México, como hace cuatro años, en la anterior Copa del Mundo, que sin dudas buscará revancha de esa fecha en la que todavía ven como cae del cielo el pelotazo de Maximiliano Rodríguez, para sentenciar el 2 a 1 en tiempo suplementario. Pero ellos ya tuvieron una revancha y fue por las semifinales de la Copa América 2007, en Venezuela, aunque muchas chances no tuvieron porque Argentina goleó 3 a 0 con tantos de Messi, Carlos Tevez, que se encuentran en el plantel y un automarginado Juan Román Riquelme, de penal.
Pero otro que buscará revancha es Leo Messi, que el gol por una u otra manera sele sigue negando. El delantero del Barcelona continúa convirtiendo en figura a los arqueros contrarios y la suerte no está con él, ya que los gritos también son atragantados por los palos y parantes del arco. Pero él más que nadie sabe que el fútbol da revancha y ella será terrible.
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