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Hecho por Alejandro Caruso

miércoles, 20 de abril de 2011

Uno puesto

Argentina igualó 2 a 2 con Ecuador, en otro amistoso disputado en Mar del Plata, por el seleccionado de jugadores que integran clubes locales. Claudio Yacob y Gabriel Hauche, los goles para el equipo de Batista. Michael Jackson Quiñonez y Castillo, de penal, para la visita. Juan Pablo Carrizo admirado por el DT.



Otro partido protocolar de los jugadores que actúan en el fútbol nuestro de cada día. Esta vez el oponente era Ecuador, que también presentó un combinado de futbolistas con la misma característica que su rival, ya que poseía 7 atletas del Deportivo Quito. El escenario Jose María Minella, Mundialista de Mar del Plata, desolado. Tal vez fue la copiosa e incesante lluvia que no se detuvo durante toda la noche en la ciudad balnearia o lo irrelevante que en realidad es este equipo de cabotaje. La única excusa posible era el regreso de Juan Pablo Carrizo al arco.
El arquero de River volvía a calzarse el buzo argentino tras el fatídico 1-6 contra Bolivia, en la altura de La Paz. Y cumplió con bastantes creces. Tanto es así que el técnico se fue contento con su actuación, más allá que no tuvo un partido destacado. Ecuador inquietó muy poco, las veces que lo hizo terminaron en gol y en el momento que podría haberse lucido, escogió el palo contrario al que Castillo envió el balón en el empate de penal. Sin embargo JP, parece ser el indicado del Checho para ser el titular en la Copa América y es muy merecido. Porque por más que ayer no tuvo su mejor noche, cuando protege los palos de su equipo fecha a fecha demuestra que tiene un nivel superior al resto.
Otros que el DT resaltó fueron el defensor de River Jonatan Maidana (su cabezazo permitió que el arquero argentino naturalizado ecuatoriano Elizaga diera el rebote con el que Yacob igualara el juego), el volante de Boca Cristian Chávez y el volante de Estudiantes, ayer devenido en centrodelantero Enzo Pérez (inventor de una jugada magistral en la que pudo asistir a Hauche para dejarlo mano a mano con el 1 rival y dar vuelta el marcador).
En lo que respecta al juego colectivo, la mejor cara del seleccionado local se vio cuando se encontraba en desventaja. Allí crecieron las asociaciones, lo que le permitió tener mayor profundidad al conjunto albiceleste. La posesión y situaciones de gol pudo plasmarlas en la red, pero en el segundo tiempo se desdibujó por completó y se nubló como el cielo que cubrió la lluviosa noche marplatense.
En definitiva estos amistosos solo sirven para el análisis individual de cada jugador, el resultado es lo de menos. Estúpido es echarle la culpa al árbitro uruguayo Silvera por un penal que todavía nadie sabe por qué fue sancionado para la parda en el cotejo. Una sanción tan inexplicable como algunas convocatorias del seleccionador. La incógnita indescifrable interminable de citar deportistas que en sus instituciones van al banco de suplentes como Monzón y Viatri en Boca, o el defensor de Colón Ismael Quilez. Al menos el “1” está puesto.

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