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Hecho por Alejandro Caruso

lunes, 11 de abril de 2011

Guitar Hero II

Slash en el vivo tira todo su repertorio encima, juega con la gente y por sobretodo la entretiene. Tímido, asume la responsabilidad de que todos están ahí por él, es el líder.



Más allá de que pocas veces se le animó al discurso, Slash habla con la guitarra. Y en ese sentido es un parlanchín que todos quieren oír sin que pare de hablar una sola vez. El tamaño de la tarima no le permitió correr por excéntricas pasarelas, pero eso no le impidió pasearse, dar sus clásicos bailes al juntar y separar las piernas, sus pasitos al pisar primero con el pie izquierdo y los giros sobre su propio eje. Obviamente también arrodillado en el suelo mientras puntea.
Clásica costumbre argentina de corear los solos, con este hombre se torna un tanto complicado, de los agudos pasa a los graves en milésimas de segundos, al hacer deambular sus dedos por todo su diapasón que parece resplandecer.
Utilizó todos sus recursos, con el guagua, tapping, tocó por atrás de la nuca, dobló su instrumento, amándolo. Pero también dejó en claro que está más allá de la guitarra al generar histeria por cada sector en el que se mostraba. El final con Paradise City lo tuvo desatado, saltos, bailecitos y subiéndose a un sector hasta ahí no usado en el show: una especie de pasarela inventada por él justo por debajo de una de las pantallas.
Pero esta aventura no lo encontró solo. Sumó a Myles Kennedy (quien sería el encargado de ponerle la voz en la totalidad de los temas de su próximo álbum). El cantante de Alter Bridge o “el hombre de las mil voces”. Capaz de automatizarse en Ian Asbury, Scott Weiland, Andrew Stockdale o el mismísimo y legendario Axl Rose.
Además están en un segundo plano el bajista Todd Kerns (le puso la voz a Doctor Alibi y no paró de regalar saludos, gestos y púas para la gente, si, tribunero), el guitarrista Bobby Schneck (con quien ya había compartido junto a su líder la formación de Slash’s Blues Ball) y el baterista Brent Fitz.
Por más que aquejen sobre que Slash haya tocado junto a intérpretes de otros géneros como Michael Jackson, Fergie o Paulina Rubio, en el vivo queda demostrada su calaña. El rock que siente, que transmite con su imponencia. Esa velocidad inigualable en sus notas que lo transforman en el rey indiscutido del Sleazy Metal.

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