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Hecho por Alejandro Caruso

lunes, 11 de abril de 2011

Guitar Hero

Slash se presentó su disco solista junto a Myles Kennedy, a quien lo trajo a la gira. Ofreció un show musicalmente demoledor en el que recorrió varias etapas de su carrera. Siete mil personas desbordaron el microestadio de Argentinos Jrs, que presenciaron un concierto de 21 canciones con apenas más de dos horas de duración.



El hombre de la galera una vez más desembarcó en suelo argentino. Esta vez no fue con Guns N’ Roses, ni Velvet Revolver, como en sus anteriores presentaciones. Lo hizo con su banda solista, que tiene a Myles Kennedy como cantante, lo que no le impidió repasar sus éxitos de anteriores agrupaciones, inclusive su efímero Snakepit, en lo que fue una especie de auto-homenaje, que todos disfrutaron. Pero sobre todas las cosas que es un violero por excelencia que marcó una generación y más allá de eso continúa marcando las siguientes.
Minutos antes de las 21, las luces del microestadio de Argentinos Jrs se apagaron, una breve intro bien californiana, como en definitiva iba a ser el espectáculo. Básico, pero técnicamente brillante. Las dos pantallas a ambos lados del escenario mostraban la tapa del disco, que se repetía en una gigantografía tras el baterista Brent Fitz. Hasta que se centraron en él, Slash en el medio, con una remera negra con la leyenda “Buenos Fuckin’ Aires”. Ghost abrió el fuego, en esos primeros segundos que a Myles le cayó una bandera argentina del público con la que jugó en gran parte del concierto.
Siguieron Mean Bone, el primer cover de Snakepit, y Sucker Train Blues, de Velvet Revolver, para que después de ello el vocalista indagara si querían algunos temas de Guns N Roses. Allí llovió una andanada intensa del hard rock más puro con Nightrain, Rocket Queen y Civil War, único tema en que flaqueó el micrófono. Durante el recital siempre se escuchó un sonido impecable. Para el cierre de este último, como en la gira Use Your Illusion 92/93, sonó Voodoo Child de Jimi Hendrix.
Tras el segmento gunner, llegó el turno del disco que estaban presentando. Back From Cali, Starlight, Nothing To Say (la canción más metalera del CD con una outro que derrochaba magia) y Doctor Alibi (la más punk, con el bajista Todd Kerns en voz, muy sucia con respecto a la versión de Lemmy). Éstas últimas dos canciones con Kennedy en una tercera guitarra.
Más tarde retomarían los covers de Snakepit con Jizz Da Pit (la versión instrumental blusera hard con improvisaciones en el vivo) y Just Like Anything. Posteriormente, arribó el momento en que el vocalista se lució con Rise Today, un tema de su propia banda, Alter Bridge. Con el estadio hecho un hervidero faltaba lo más picante, el segundo combo GNR, bien old school: My Michelle y Patience. Luces bajas y el hombre de la noche en su mejor momento con su hit reversionado de El Padrino y pegadita otro de los momento más intensos con Sweet Child, extremadamente quemada, pero que linda suena la guitarra del dueño de la melodía.
Antes de los bises, retumbó más fuerte que nunca “olé, olé, olé Slash, Slash”, el violero jugó con la gente e imitó el ritmo con el cual era ovacionado. Un guiño a toda la parcialidad, al dejar en claro que se estaba divirtiendo. Slither, otra de VR, para la falsa despedida y enloquecer más a los presentes.
Para el verdadero final quedaron By The Sword, Mr Brownstone y Paradise City, y el que no terminó zamarreando al que tenía al lado o enfrente, directamente no le pasaba sangre por sus venas. Locura total, arriba del escenario, abajo, a la izquierda, en todos lados. Desde el pitito inicial hasta que la Les Pauls ya abandonada, sola sin su dueño apagara su última nota.

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