Tres bandas telonearon el show de Guns N Roses en Vélez, durante la gira sudamericana del Chinese Democracy World Tour, y pese a que sean de géneros diferentes bien marcados, supieron hacer entrar el calor al público a su manera, aunque la que se robó la noche de este trío no quedó ninguna duda que fue la presencia como solista de Sebastian Bach.
El ex vocalista de Skid Row subió a escena junto a sus músicos sesenta minutos después de lo previsto. A las 21, hora en la que según el cronograma lo indicaba ya debía tener el plato fuerte de los Guns como protagonistas, Bach apareció con camisa y pantalón negro, a los saltos durante las primeras melodías de Slave To The Grind, cover de su antigua banda, como así lo fue la mayoría de canciones de su set que tapó el bache temporal de la banda de Axl.
Bach tuvo un diálogo continuo con el público y demostró que es un frontman completísimo. Hizo un show con el que entretuvo y compró a gran parte de los espectadores, para demostrar que su edad no le pesa y puede seguir rockeando aunque ya tenga 20 años de rock, como él mismo agradeció en reiteradas oportunidades. Se le animó al español, repitió una y otra vez “ti amo Argentina” o “te recuerdo, el mejor lugar del mundo”.
Como no podía ser de otra manera salió con todo su repertorio de estrella. Revoleó su micrófono, pegó grandes saltos, cabeceaba para arengar a los presentes, pero lo más importante es que llegó a todos sus tonos bien agudos sin desafinar una vez, durante los noventa minutos que duro su set, algo exagerado para una banda soporte.
Por eso la gente lo ovacionó con un “Sebaaaastian, Sebaaaastian”, porque se coronó como showman, con una simpatía indispensable que debe tener un cantante que meterse a la gente en el bolsillo. Así y todo sorprendió cuando se sumó al canto del público y lo modificó por un “olé, olé, Skid Row, Skid Row”.
De los 15 temas de la lista, 10 pertenecíeron a su anterior banda, y los cinco restantes de su último disco Angel Down, aunque en realidad uno de estas canciones fue el cover de Aerosmith, Back In The Saddle (la segunda que sonó en la noche) pero que cuenta con los derechos de hacerla y está dentro de su último trabajo.
Sus repertorios más ovacionados como no podía ser de otra manera fueron 18 and Life, el séptimo del set, y Youth Gone Wild, con el que se despidió.
Previo a eso había sido el turno de los teloneros nacionales de La Mancha de Rolando y Massacre. La Mancha, en la cual el bajista Carlitos se mostró con una camiseta del club local, tocó once temas, dos más de lo previsto en la lista. El público los aceptó porque recibieron una catarata de clásicos como Antes, Buscar, Mago de La Lluvia y Calavera. Antes de Arde la Ciudad, como se preveía, el líder Manu Quieto recordó a los fallecidos durante la última dictadura militar, en conmemoración de un nuevo 24 de marzo.
Pero la banda que abrió todo, cuando aún era de día, fueron los Massacre que de la mano del gordo Wallace, pese a que hicieron un set list corto de sólo 7 temas y aceptable, fue recibido con botellazos por parte de la gente, que parecía precalentar para cuando tocaran los Guns. Los Primeros temas fueron Plan B Anhelo de Satisfacción y La Octava Maravilla. Después de que el vocalista dejara ver su barriga y se refiriera al público como “locas”, como es de costumbre, cerraron con La Reina de Marte, para dejar bien caliente el escenario como pedía su líder.
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