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Hecho por Alejandro Caruso

martes, 12 de julio de 2011

Transformaciones

Argentina goleó a Costa Rica 3 a 0 y clasificó segundo en el grupo A, para los cuartos de final de la Copa América. Los goles fueron convertidos por Sergio Agüero (2) y Ángel Di María. Genial partido de Lionel Messi, autor de dos asistencias, y Fernando Gago.

Las papas quemaban y apareció el equipo. Si Bielsa fue defenestrado por gran parte del exitismo argentino (hoy reivindicado ya que el tiempo le dio la razón) por haberse vuelto en primera ronda de una Copa del Mundo, ¡imagínense la catástrofe que hubiera sido en una Copa América (donde pasan 8 de 12), en su propia casa! Pero no fue así, el equipo del Checho Batista jugó un gran partido y transformó los insultos de Santa Fe por cariño en Córdoba y avanzó a cuartos de final.

Esta vez la gran cantidad de cambios y esquema surtió el efecto esperado, los pases eran seguidos por movilidad en quienes los ejecutaban, esa fue la gran clave. Toque y desmarque que llevó a una gran conexión de mitad de cancha para adelante, tal punto que en el gol de Di María se llegó a un conteo de 31 pases en forma consecutiva. El amo y señor del mediocampo fue Gago, quien realizó 51 pases correctos en los 45 minutos iniciales, que si Argentina no sacó una ventaja más abultada fue por el esfuerzo desmesurado del equipo sub23 amateur de Lavolpe.

Pero el seleccionado nacional se hacía sentir tanto en posesión como situaciones de gol creadas, solo faltaba que entrara para que se reiterara, como dice aquel dicho que entra una y entran todas. Y de tanto ir y presionar, Agüero capturó un rebote en el arquero Moreira, tras un remate de Gago, para abrir el marcador y traer la calma, para con ello florecer en el juego aún más en el complemento.

Allí fue donde Messi apareció con todo su esplendor, relegando protagonismo al ser actor intelectual de los goles, nexo entre Gago y los delanteros más furtivos que nunca.

Se vio otra cara en el local, un cambio de aire, aportado por el intratable presente del Kun y, por más que no haya estado fino en las definiciones, contar con una referencia en el área como Higuaín también es importante. Potente y solidario, otra preocupación para la defensa rival. Para el disfrute de la gente sobre el final ingresó Pastore, con el pleito liquidado. El déficit fue la producción en ofensiva de la defensa. Zabaleta no trasladó bien el balón, aunque limitadamente llegaba hasta el fondo. Más allá de eso, el visitante no puso en riesgo la valla invicta.

Se hablará que Costa Rica vino con un equipo juvenil que algunos ni siquiera practican la actividad en forma profesional potenciado a que el entrenador era la máquina de frustraciones de Ricardo Lavolpe. Pero en la próxima instancia de no mediar sorpresas, el equipo del Checho se medirá frente Uruguay, la revelación del Mundial pasado y allí tendrá la oportunidad de acallar quienes minimicen esta goleada. De revertir la imagen en esa Santa Fe tan hostil y convertir los insultos por cariño.

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