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Hecho por Alejandro Caruso

domingo, 19 de septiembre de 2010

Bon Appétit

El doblé francés le ganó al argentino y cerró la semifinal en un 3-0. Así los europeos irán por su décima Ensaladera de Plata, en su decimosexta final. Críticas y culpas repartidas en el equipo conducido por Modesto Vázquez.



Ya habían transcurrido esas dos horas y media fatídicas, y el doble francés compuesto por los Arnaud Clement y Michael Llodrá había sepultado el sueño de la remontada que más que heroica se asemejaba a milagrosa. Sobre la carpeta de Lyon, Schwank y Zeballos no pudieron repetir la magnífica performance que habían mantenido durante el US Open y se encontraban con la realidad, el 6-4, 7-5 y 6-3 que determinaba la serie cerrada para Francia.
David Nalbandian había destapado la olla hirviendo un día antes, luego de perder con Gael Monfils por 6-4, 2-6, 6-4 y 6-3, denunció que el error había sido del capitán del equipo quien lo envió de segundo singlista, cuando el cordobés prefería tener un partido más accesible en la primera jornada. Modesto Vázquez, agarró el guante caído y una vez cerrada la llave contestó que “hay cosas que hay que charlar en grupo y limarlas, si hay problemas con alguien, sacaremos los trapitos al sol". Culpas repartidas, nadie se hace cargo y nadie acepta que Francia fue un rival muy superior.
Al dejar en evidencia las miserias argentinas, las responsabilidades se reparten pero nadie las asume, cuando los que fallaron fueron todos, desde los dirigentes, hasta Tito Vázquez, quien fue el encargado de seleccionar a los tenistas y ubicarlos según su visión de juego, y los mismos jugadores, ya que los cuatro que participaron de la serie perdieron los partidos, tanto como Nalbandian y Juan Mónaco en singles, como Horacio Zeballos y Eduardo Schwank en el dobles.
Se sufrió la completa dependencia del unquillense que estaba obligado a ganar sus dos puntos (por eso es que no sirve su excusa, él debía ganar sus dos matches para tener chance) y la ratificación del doble argentino ante el francés, que es uno de los mejores de mundo. En pocas palabras, faltó planificación y hubo dependencia. Con solo un buen singlista no alcanza, y eso que Francia tampoco puso a su mejor equipo, porque Richard Gasquet y Jo-Wilfried Tsonga, los mejores rankeados de la ATP, estuvieron ausentes.
Pero pese a todas las pálidas, para destacar quedó el panorama que debió afrontar Argentina en esta Copa Davis 2010, en la que disputó todos sus enfrentamientos como visitante, algo que desde su regreso al grupo Mundial en 2001, le costaba muchísimo avanzar de ronda al salir del suelo nacional y en esta edición fueron dos series ganadas como visitantes.
Aún quedan por disputarse dos puntos, que solamente servirán para las estadísticas, aunque se maquille un descuento doble o los galos dejen zapatero al equipo de Tito Vázquez, no hay más excusas. Los responsables son todos, llegó el set de hacerse cargo, hacer autocrítica y tirar para el mismo lado. Mientras tanto, Bon Appétit. Francia nos comió entre dos baguettes y todavía le queda el postre.

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