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Hecho por Alejandro Caruso

jueves, 12 de agosto de 2010

El show debe continuar

El documental “Réquiem for a final cup” relata la tragedia del Estadio de Heysel en Bruselas, Bélgica, en la cual fallecieron 39 personas y otras 580 resultaron heridas.



Todo sucedió el 29 de mayo de 1985, en el marco del partido que jugaron Liverpool de Inglaterra y Juventus de Italia, en la final de la Copa de Europa de ese año. Un simple cortometraje recrea los hechos con testimonios de familiares de las víctimas, sobrevivientes de la tragedia, jugadores que disputaron dicho cotejo y dirigentes.
Los sucesos se desencadenaron una hora antes del inicio del partido, sobre uno de los codos del estadio: la zona Z. Ese sector, situado por mayoría de aficionados del equipo italiano, estaba anexo a la tribuna que ocupaban los ingleses que se abalanzaron y arrojaron objetos contra los “tifosi”, quienes se acumularon en el fondo del bloque y quedaron aprisionados entre las vallas y el muro que, ante la presión de miles de hinchas, finalmente se derrumbó.
Guido Corini, sobreviviente y seguidor de la Juventus, dijo en el film que “traté de escapar pero mis pies ni siquiera tocaban el suelo”. Él había ido con tres amigos, pero solamente regresó a Turín con dos. Los hinchas de las otras cabeceras saltaron al campo de juego armados con palos, en busca de agredir a sus rivales. Las fuerzas de seguridad y sanidad fueron desbordadas en un país que no estaba preparado para recibir semejante evento deportivo. Las víctimas fatales en total fueron: 34 italianos, 2 belgas, 2 franceses y un británico.
Pese a los incidentes, la final se disputó dos horas más tarde de lo previsto. La televisión alemana fue la única que decidió suspender la transmisión. El campeón fue Juventus que ganó 1 a 0, con gol de Michel Platini, mediante un penal polémico. El documental hace hincapié en esta irregularidad y siembra la duda sobre si se hubiese acordado el triunfo del conjunto italiano debido a la masacre.
Mark Lawrenson, arquero de los Reds, indicó que no debería haberse jugado el partido; mientras que el portero de la Vecchia Signora, Stefano Tacconi, señaló que “salí a jugar y a olvidarme de todo durante 90 minutos”. Francesco Morini, presidente del club italiano, estableció que “pese a los muertos, en el momento de la victoria nos alegramos porque fue como una venganza”. La forma eufórica en la que festejaron el título fue duramente criticada por la prensa ante la falta de respeto por las personas fallecidas.

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