El seleccionado argentino cumplió las expectativas frente a su par canadiense, en el último partido oficial de cara al debut ante Nigeria, el 12 de junio, en la Copa del Mundo. Quizá faltaron amistosos más a la talla de su historia y su nivel, pero igualmente los dirigidos por Diego Maradona llegan encendidos a Sudáfrica.
La mejor cara en este nuevo compromiso se vio por ambas bandas. Di María y Gabriel Heinze, por el sector izquierdo del campo, y Maximiliano Rodríguez y Jonás Gutiérrez, por el derecho, le ofrecieron verticalidad y vértigo al equipo. Con esa característica llegaba rápido al arco contrario, al aprovechar los relevos y velocidad que le ofrecían ambos lados cuando el visitante se agrupaba atrás con un 4 4 1 1
Con la tranquilidad de tener la ventaja tras el gol de tiro libre de Maxi Rodríguez, el seleccionado nacional encontró más espacios y así fue como el volante del Liverpool iba a marcar por duplicado. Unos minutos más tarde, Di María liquidó el pleito con un golazo por encima del arquero, marca registrada de su clase.
En el complemento, con el ingreso de Juan Sebastián Verón se ganó pausa y dejó de lado el dinamismo. Este segundo tiempo sirvió para aumentar el marcador y sellar una goleada para satisfacer a los espectadores que fueron a despedirlos. Primero Tevez, tras asistencia de Gonzalo Higuaín y luego el Kun Agüero redondearon el 5 a 0 ante un rival que jamás fue oposición y no presentó a sus mayores figuras por lesión.
Así Argentina concluyó su serie de amistosos previos al Mundial. A Maradona le queda la espina clavada de no poder disputar el dichoso partido ante Emiratos Árabes Unidos o Sudáfrica, como él quería, pero tampoco presentaría un rompecabezas para descifrar el partido, ya que cualquiera de esos rivales no se hubiesen complacido las expectativas del nivel de este plantel.
De todos los equipos que integran el grupo B, el conjunto sudamericano es el que llegará con menos partidos internacionales sobre sus hombros. Durante 2010, con la mayoría de jugadores que actúan en el exterior, fueron dos (1 a 0 a Alemania y 5 a 0 a Canadá) dos menos que los que dirimirá Nigeria y tres menos que los del Corea del Sur.
En el 2002, con Marcelo Bielsa en el banco se disputaron tres partidos contra combinados de características similares a los que habían tocado en la zona (1 a 1 contra Gales, 2 a 2 ante Camerún y 1 a 0 frente a Alemania). Al Loco se le criticó no tener partido despedida en la cancha de River. Algo que cuatro años más tarde, si hizo José Pekerman contra el sub-20 argentino, con triunfo para la Mayor por 4 a 1.
Si bien tener una gran cantidad de juegos no garantiza ganar el Mundial, sirven para ultimar detalles. Tal vez Maradona y su cuerpo técnico no lo crean conveniente al considerar que sus futbolistas traen una carga de minutos considerables con respecto a los otros planteles, debido a que la mayoría de los jugadores llegaron hasta las finales de sus respectivas competiciones, lo que además de un cansancio muscular se le agrega en lo mental, lo que es mucho más desgastante. Brasil, pentacamapeón mundial, históricamente ha optado por medirse ante contrincantes completamente inferiores, para fortalecer la parte anímica y llegar confiado a la Copa.
Más allá de muchas suspicacias por parte del periodismo, el entrenador dejó la puerta abierta para el once inicial del primer partido. Demostró que puede variar ante el sistema del oponente, ya que contra Alemania la defensa se lució sólida, mientras que en el partido contra Canadá dejó ver sus facetas más ofensivas, con rapidez cuando fue necesario y con pausa cuando el partido estaba controlado. Y eso que por precaución no necesitó de Messi, que fue suplantado por Javier Pastore a quien le cometieron la falta del tiro libre del primer gol. Es mejor prevenir que curar para llegar con lo mejor al Mundial.
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