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Hecho por Alejandro Caruso

domingo, 3 de junio de 2012

El trío dorado brilló y Argentina avanzó un casillero, en juego y hacia el Mundial


El Seleccionado goleó 4 a 0 a Ecuador, en River,  por la fecha 5 de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a la Copa del Mundo de Brasil 2014, con un Messi intratable finalmente reconocido por el público. Agüero, Higuaín, La Pulga y Di María, los goles. Así el equipo de Sabella quedó primero con 10 unidades.



Finalmente se volvió a producir ese idilio único entre la gente y los jugadores representativos de los colores de su patria. Porque Argentina no solo demolió con una goleada al mezquino y cauteloso esquema que planteó el entrenador colombiano Reinaldo Rueda, que intentó poblar fallidamente la mitad de cancha con cinco volantes, de los cuales tres intrascendentemente fueron de contención  (Saritama, Quiñonez, Noboa), sino que relegó el esférico al local, dejándolo que dependiera de su suerte. Eligió mal el día, porque Lío Messi estaba encendidísimo y demostró otra vez que en la actualidad es el mejor del planeta.
La clave principal estuvo en que Sabella le dio a La Pulga más de dos opciones de pase en cada ataque. Siempre tuvo como descarga a los otros dos puntas (Higuaín y Agüero, ninguno definido, rotaban y se abanicaban según la ocasión), y además varias veces se mostró Di María, con quien se juntó como en el primer gol, el del Kun, en el cual una combinación entre el astro del Barcelona y el volante del Real Madrid, derivó en un pase picado para el delantero del Manchester City abriese el juego, en apenas 20 minutos.
De ahí en más con la tranquilidad de la ventaja tiró otro argumento sobre el escritorio: la efectividad que ya se había visto en el partido ante Chile, por la primera fecha. Así en los siguientes diez minutos el asunto estuvo liquidado con los goles del Pipita (por una asistencia de Lío) y del nuevo capitán, tras una contra a su antojo, para que la gente delire y empiece a cantar “que de la mano de Lío Messi, todos la vuelta vamos a dar”. Antes resistido por algunos que le recriminaban la falta de compromiso con la albiceleste, ahora es irreprochable las ganas para venir a este lado del mundo y seguir obteniendo laureles, personales y para su pueblo. Así, callado, ya llegó a 69 partidos con Argentina (en los cuales marcó 23 goles y dio 20 asistencias), y entre los que participaron ayer se ubica segundo en cantidad de juegos, detrás de Mascherano, quien levantó su nivel con respecto a compromisos anteriores.
Si bien la liviandad ofensiva de Ecuador no se puede probar como valoración, el seleccionado desnudó algunas flaquezas defensivas en sus laterales laterales. Zabaleta y Clemente no tuvieron marca ni proyección.
La segunda mitad, completamente demás, sirvió para aumentar la ventaja tras una gran jugada de Messi, que derivó en un centro del ingresado José Sosa para que Di María de cacheteada, ingresando por la derecha, la cruzara para decretar la goleada, más –otro punto negativo- llenar al equipo de infantiles amonestaciones que serán futuras bajas sensibles. El Kun (que ya tenía un amarilla por quitarse la camiseta en el festejo del gol de su partido anterior, ante Colombia) por simular una falta con el cotejo 3-0, y Mascherano por ir con tremenda vehemencia sobre Valencia a los 41 del segundo tiempo con el resultado sellado, fueron sancionados y se perderán próximo compromiso oficial ante Paraguay, en Córdoba. Además Higuaín la tocó con la mano estúpidamente, para ganarse su primera tarjeta, con el partido 3-0, en una jugada totalmente innecesaria.
Dio la sensación de que el mejor traje que le quedaría a este conjunto es el de tener la mayor flexibilidad posible, capaz de transformar su línea de cuatro de defensores a tres (con Garay y Fede Fernández, los dos centrales, más el retroceso de Masche) y una línea de tres volantes que por momentos sea de cuatro (con Gago y Di María volcados al centro y las subidas por las bandas de Zabaleta y Clemente). Pero, claro eso lleva tiempo de trabajo y habrá que ver si el DT se anima a arriesgar en demasía.
Así, Argentina ganó un partido en los papeles complicados, pero que su rival le simplificó mucho el trabajo, pero queda para remarcar que mientras Messi tenga dos o tres alternativas de pase cada vez que encare con la pelota dominada, él nos dará el mundo.

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