Que no van a ir, que van todos, que Axl es demasiado grande para un evento que muchas veces se cagó en otros grandes artistas. Que definitivamente no tocan… Pronósticos al tacho. Aunque efectivamente Rose no fue como había afirmado en un diario de Los Angeles, para sorpresa de muchos los demás Guns N Roses, luego de ser inducidos por los Green Day (quienes se rumoreaba que serían ellos los intérpretes del miniset), finalmente pusieron su música y contaminaron de emoción y nostalgia desde Cleveland, hasta el lugar más recóndito del mundo.
Slash, Duff, y Steven (al que se lo notó más feliz durante cada interpretación en busca de la fama perdida), más Gilby y Matt Sorum, vestidos de gala pero sin dejar su esencia salvaje gunner en cada acorde, hicieron delirar al público con Mr Brownstone, Sweet Child y Paradise City. Si bien Izzy Stradlin tampoco estuvo presente, había dado el visto bueno para que tocaran y sea mencionado. Reencuentro, reunión. Pero lo más curioso se dio en el vocalista de los Guns: sin Axl, el reemplazo elegido fue Myles Kennedy, de Alter Bridge y quien colabora con el proyecto solista de Slash, cada vez más comprometido con él. Y es aquí donde salta la controversía. ¿Estuvieron bien en presentarse sin el frontman de la banda? ¿Era Myles, el más cercano a Slash, el mejor para ocupar ese hueco? ¿Cómo repercutirá esta actitud en Axl? ¿Esto habrá sido solo una vez o tendremos una formación disidente de Guns N’ Roses?
Varias bandas divorciadas (término que usó W. Axl Rose en su carta), usaron el Rock N’ Roll Hall Of Fame para reinventarse y volver a rockear juntas. Desde esta situación nace el debate personal de cada uno. Si bien a la gran mayoría de los integrantes les va fenomenal en sus proyectos, ellos saben que el deseo de sus seguidores es verlos juntos en un mismo escenario. Y ese fue el motor que generó la interpretación de esas tres canciones. Mientras el cantante sigue usando el nombre de la banda con sus otros miembros, ¿sería descabellado creer que los demás hagan lo mismo entre sí? No sea cosa que suceda como los progenitores L.A. Guns, quienes por peleas entre su excéntrico líder y su guitarrista estrella (Phil Lewis y Tracii Guns), hay dos agrupaciones paralelas del mismo nombre.
Velvet Revolver rozaba lo gunner, pero con un cantante alejado completamente de la esencia como lo fue Scott Weiland. La verdad que los registros vocales del cantante de Alter Bridge son los que más se asimilan a los del colorado, que en cuanto a la gente no pareció extrañarlo mucho. Sí, odiarlo mucho. Mientras Billie Joe hacía la presentación, reverenciándose ante cada miembro, al llegar el momento del cantante (quien había amenazado expresamente con la prohibición de hacer referencias hacia su persona), los presentes comenzaron a abuchear y a manifestarse netamente en contra. Fue cuando el guitarrista de Green Day, los frenó y aclaró que “¡ese tipo es un cantante de la puta madre! Sus letras son pasionales, honestas de corazón, enojadas y te dicen la verdad, sin importar su costo”.
Llegado el momento del concierto, el público se dio cuenta que no lo necesitaba y pasó del “¡a la mierda Axl!” al olvido total, con la enajenación de tener a los otros cuatro juntos, con una voz reloaded. Es que realmente era un momento único para disfrutar los solos de guitarra, las letras, el sonido del hard rock clásico. Algo que ni las situaciones más desfavorables pudieron devastar. Como dijo Duff McKagan “no importa quién carajo esté acá esta noche, porque esto trata sobre la música que estas bandas tocaban”.
Dejando un poco de lado a Guns N’ Roses (sin Axl, lo siguen siendo), además fueron inducidos al Rock n’ Roll Hall Of Fame: Faces (quienes también tocaron sin Rod Stewart, su cantante principal, y reclutaron a Mick Hucknall de Simply Red para llenar su lugar, pero no hicieron ni harán tanto quilombo como la bomba mediática que todos esperamos de GNR), Beastie Boys (quienes no se presentaron por la ausencia de Adam Yauch, quien se recupera de una severa enfermedad, y le dejaron sus interpretaciones a The Roots, junto con Kid Rock y Travie McCoy, de Gym Class Heroes), Freddie King (mítico violero de blues), The Blue Caps, The Cornets, The Crickets, The Famous Flames (banda de James Brown), The Midnighters and the Miracles, hasta llegar a otro de los turnos más esperados, el de los Red Hot Chili Peppers (a quienes les falto su guitarrista, John Frusciante, pero Anthony Kiedis llamó a Slash, Ron Wood, Billie Joe Armstrong y Kenny Jones para el explosivo set final de Higher Ground, de Stevie Wonder).
Así pasó otro de los Rock N’ Roll Hall Of Fame, siempre polémicos, sea por artistas seleccionados, despojados o que no se deciden presentar. Cuando todos creían que sin el capitán, este gigante evento se hundiría como el Titanic pasando sin pena ni gloria, un cantante muy poderoso ejecutó cada nota que Axl patentó de forma perfecta, con Slash, Duff, Gilby y Steven sintiendo el rock como una extensión de su corazón y alma, sin dejar a una sola persona sentada tras Paradise City.
Discurso breve de inducción de Green Day a Guns N' Roses.
“El riff de apertura de Welcome to the Jungle es un viaje en descenso al submundo de Los Angeles. Este viaje no es sobre fiestas, glamour o power ballads. Es sobre el sórdido submundo de inadaptados, adictos a las drogas, paranoia, sexo, violencia, amor, furia y los restos de Hollywood. Era un respiro de aire nuevo. Appetite for Destruction es el mejor disco debut en la historia del rock and roll. Puedes nombrar a un par más si quieres pero Guns N' Roses tiene el trono.”
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