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Hecho por Alejandro Caruso

martes, 10 de abril de 2012

Argentina’s Addiction

La banda liderada por Perry Farrell, en la que también tiene un importante grado de protagonismo Dave Navarro, se presentó por segunda vez en Argentina, esta vez en el Teatro Vorterix, ex Colegiales.



Jane´s Addiction comenzó hace 25 años en pleno apogeo del hard rock de la costa oeste de Estados Unidos. Se mantuvo por esos primeros años entre las principales agrupaciones. Se separaron (algo corriente por esa época), se reunieron, rockearon, se separaron y se volvieron a reunir, pero así y todo jamás habían pisado suelo argentino en conjunto (Perry Farrell lo había hecho como DJ en los caóticos días de diciembre de 2001), hasta que el año pasado finalmente a poco más de dos décadas de su creación se presentaron en el Teatro Lola Membrives de Puerto Madero, en el marco de la primera fecha del Movistar Free Music (ese que será recordado por juntar a Illya Kuryaki).
Algo para remarcar de la semejante importancia en ese set debut fue que las entradas eran gratuitas. En esta segunda oportunidad eso no sucedió y por más que el renombrado Teatro Vorterix, que no es otro que el estimado Colegiales, bautizado ahora por el convenio entre la productora accionista y el empresario Mario Pergolini, con el nuevo proyecto de su radio con visualización on line (la verdad sí, una maravilla), se encontró colmado, se entiende el traslado desde el sitio original del evento, el microestadio Malvinas Argentinas de Argentinos Jrs, en el que allí si se hubieran observado enormes huecos vacíos. ¡Vamos, tampoco hay que engañar a la gente!
Minutos antes de las 21, con el escenario a oscuras y leves luces azules comenzaron el espectáculo con la intro cover de Welcome to the Machine, de Pink Floyd. ¿Hasta cuándo habrá que soportar el fantasma de Roger Waters que parece seguir presente en cada reversión importante en territorio nacional? El primero de su autoría Underground. Luego sí luces arriba, de las que te queman la cara, la demagogia de Dave Navarro con el “olé, olé, olé, olé” en la viola y el carisma de Farrell que te transportan a de Mountain Song a Just Because, todo parte de su gira su gira "Theater Of The Escapists", excusa para presentar su último y cuarto álbum de estudio(The Great Escape Artist).
Jane's Addiction es una banda que permuta el hard rock de sus inicios con la psicodelia del rock alternativo de alguno de todas sus regresos, más otro sonido sintetizado y los grititos agudos del vocalista. Hay para todos los gustos. Problemas de volumen sí, pero para qué comentarlo si ya es algo corriente en los recitales. Al contrario, debería llamar la atención cuando uno se escuche decentemente.
En comparación a su performance del año pasado, volvieron a realizar una lista corta, que con 14 canciones mostró apenas dos más que las de su último paso. Si se hizo extenso el concierto fue por los cuelgues de los artistas y largas zapadas, con Farrell jugando con la gente. Me parece bien, ellos también tienen derecho a divertirse. Hay que aprender en la vida que no todo es Chayanne, no todo es hit tras otro.
Been Caught Stealing, Ain`t No Right, Ted Just Admit It..., Twisted Tales hasta derivar en uno de sus grandes clásicos, versión acustizada semiplayera de Jane Says. Chip Away, con Navarro en uno de los tres bombos que acompañaban la orquesta de percusión, una onda Sepultura light. Llegado el momento de los hits se relamieron con End to the Lies y Three Days. Divagues y muestras de lo que sabe Navarro con la guitarrita hasta llegar al revolucionado Stop! No se descubre nada: saben rockear, suenan ajustados y además son grandes showmans.
Para los bises, Words Right Out of My Mouth, y antes de preguntarle al público si le gustaban ser las putitas y contestar que si, el grand finale con Ocean Size.
Podés quedarte caliente con los Addiction y estás en todo tu derecho de mostrar tu fastidio por tardar en pisar el país o pasear a su gran monstruito (Lollapalooza, claramente) por los países vecinos (el año pasado lo llevaron a Chile y este año aparte del país trasandino lo hicieron viajar hasta Brasil), del cual se alimenta el devaluado Quilmes Rock con las migajas que caen al suelo. Lo que es innegable es la energía y garra que contagian frente al público, que te ponen toda la parafernalia de su espectáculo cabaretero de mujeres en escena (con esposa de Farrell incluida), que tratan de recuperar tiempo perdido y aparentemente no solo se hicieron adictos de Jane, sino también de la Argentina.

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