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Hecho por Alejandro Caruso

sábado, 12 de febrero de 2011

A once goles de Londres

El seleccionado nacional sub20 derrotó 2 a 0 a Colombia pero no le alcanzó para clasificar a los Juegos Olímpicos, ya que Brasil goleó 6 a 0 a Uruguay, cuando la Celeste debía hacerlo por diferencia de cinco. Nunca hubo un funcionamiento colectivo sólido a lo largo del Sudamericano Preolímpico.



No fue un fracaso rotundo porque el objetivo principal que se habían planteado Perazzo y sus colaboradores fue cumplido. Es decir, el seleccionado se clasificó al Mundial Juvenil de la categoría a disputarse en Colombia, en julio. Pero queda un sabor muy agrio por no poder defender el bicampeonato dorado que se arrastraba desde Atenas 2004, en la disciplina de fútbol masculino.
Y lo frustración no pasa por un resultado deportivo, sino que a lo largo del campeonato jamás pudo plasmar en el campo de juego una identidad correspondida al ADN que representaron los menores de la Albiceleste, sobretodo con José Pekerman a la cabeza.
Seria muy fácil hallar excusas, como que no se clasificó a los JJ.OO. por el resbalón que sufrió Sergio Araujo en el penal, en la derrota frente a Ecuador por 1 a 0, en la apertura del hexagonal final. Nunca hubo partidos enteros de una asociación futbolística, a excepción de la remontada en los 45 minutos finales para dar vuelta a Chile y vencerlo por 3 a 2. Cotejo único que se fusionaron habilidad individual con andaminaje colectivo. Pero también seria injusto creer que la derrota contra Uruguay por 1 a 0 no estaba en los planes, como adjudicó el entrenador.
Incluso en el magnífico y mediático triunfo ante Brasil por 2 a 1. Victoria festejada pero análisis mal hecho. El equipo de Perazzo jugó con un hombre más durante 85 minutos y ambas veces que se puso arriba en el marcador, con la ventaja de 11 contra 10, se refugió demasiado cerca de su arco. Tan así que terminó pidiendo la hora y sufrió sofocones innecesarios.
Humbertito Grondona, hijo de Don Julio y subdirector de Selecciones nacionales sentenció que "se acabó el glamour" y "es tiempo de pico y pala". Inaceptables declaraciones al subestimar los niveles que habituaron en Argentina, como las explosiones y ratificaciones de Juan Manuel Iturbe (autor de dos golazos de Playstation), Germán Pezzella, Nicolás Tagliafico y Bruno Zuculini, entre otros. Misma arbitrariedad para técnicos formadores como Pekerman, que en 1995 sin figuras descollantes más que unos desconocidos Ariel Ibagaza, Francisco Guerrero y Leonardo Biagini se consagraron impensadamente campeones en el Mundial de Qatar.
De esta manera se tendrán que corregir muchas cosas para hacer un papel digno en el Mundial Juvenil, a la altura de una Argentina que levantó la Copa en seis ocasiones, lo que lo transforma en el país más ganador de la categoría.
Lo de Londres 2012 es una pena gigante porque al no estar el fútbol, la cosecha de medallas argentinas sentirá fuertemente el impacto en la tabla general. Y así toda la gloria quedó para Brasil, campeón del Sudamericano, y para Uruguay, que revalidó el excelente Mundial de mayores de Sudáfrica y su fútbol vuelve a los Juegos Olímpicos tras 84 años.

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