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Hecho por Alejandro Caruso

jueves, 10 de febrero de 2011

Morosos

Argentina derrotó 2 a 1 a Portugal en Ginebra, con goles de Di María y Messi, de penal en el epílogo del partido. Cristiano Ronaldo había igualado transitoriamente para los lusitanos.



Automáticamente cuando se menciona Argentina y Portugal en fútbol, vienen a la mente Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, los dos mayores reyes actuales del mundo, por lejos. Ídolos indiscutidos en sus respectivos clubes, Barcelona y Real Madrid, y goleadores con 24 tantos cada uno de la misma liga. Pero en sus selecciones están en deuda y de a poco, con creces comienzan a cumplir con el mismo talento que derraman en sus equipos. Cumplieron un buen partido, pero vale reconocer que tuvieron sus lagunas.
Messi se puede afirmar que se llevó el duelo, no solo porque convirtió el gol de penal en el último minuto, sino porque inventó una de sus geniales diagonales para asistir a Di María, quien atraviesa un nivel impecable, en el primer gol y se potenció en la pelota detenida, la cual era una de sus falencias, ya que un tiro libre suyo se fue apenas desviado y colocó un centro en la cabeza de Pastore que dio en el travesaño. Pero cuando el seleccionado perdía la pelota, esa necesidad de recuperación lo hacía retroceder demasiado, hasta pasar el círculo central, y eso que hoy se desempeñó como centrodelantero.
En el caso de Portugal, CR7 (jugó 60 minutos) marcó un gol de delantero de área al aparecer solo frente a Romero y algunos destellos de distinto. Cuando desaparecía, el que se cargó sin peso al equipo fue Nani. El extremo del Manchester United desbordó y dejó su sello derrapando magia por el césped agrietado de Ginebra. Por un centro de él vino el empate parcial de los europeos y provocó algunos envíos más (un problema sin solución para la defensa albiceleste) que Almeida desperdició.
El que sufrió a Nani fue Marcos Rojo, el defensor ex Estudiantes (recientemente incorporado al Spartak de Moscú) a pesar de haberle tocado bailar con la más fea, cumplió un muy buen debut. Subió incansablemente y varios sablazos con forma de centro no terminaron en gol por las deficientes resoluciones de los delanteros. Como una volea increíble que Lavezzi tiró afuera abajo del arco. Excelente proyecto de lateral izquierdo.
Las mayores deficiencias se mostraron en la defensa, como viene siendo costumbre. Algunos desacoples dejaron a los delanteros portugueses a merced de convertir, pero por el travesaño y su mala puntería no pudieron darlo vuelta. A esto hay que sumarle una floja tarea de Mascherano. El capitán siente la falta de continuidad en competencia de alto rendimiento, por ser suplente en Barcelona.
Más allá del resultado lo que hizo el Checho Batista, y continuará haciendo, fue armar una base de juego, sostenida principalmente como Messi como estandarte y un medio repletos de volantes de contención, en el que formen un tridente. Empezar a ganar los partidos a partir de la posesión de la pelota. Una idea que lleva tiempo, pero toma color. Claramente sobran un 5 y falta de entrada alguien con buen pie como Pastore, que cuando le tocó ingresar demostró que está para más. Pero si de suplentes se trata, los que cambiaron el partido fueron Zabaleta y el Burrito Martínez. Tiraron una pared en el sector derecho sobre el final del partido, que derivó en el penal al delantero de Vélez.
CR7 y Messi rompen toda clase de records. El del Real perdió la final de la Euro en su casa, en 2004, y ya se le fueron dos mundiales. Al del Barsa también se le pasaron dos mundiales y perdió la final de la Copa América 2007. Son dos morosos con una única deuda pendiente, obtener un título grande con su selección.

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