Buscá en este blog

Hecho por Alejandro Caruso

domingo, 27 de marzo de 2011

Soccer y kung fu

Argentina igualó 1 a 1 frente a Estados Unidos, en un amistoso disputado en Nueva Jersey. Abrió la cuenta Esteban Cambiasso, mientras que Agudelo empató para el local. El primer tiempo, lo mejor de la era Batista.



El seleccionado del Checho Batista agudiza detalles para la Copa América. Que haya repetido los mismos jugadores de campo que en el último triunfo ante Portugal, por 2 a 1 en Suiza, es un indicio no menor. Pero lo que en realidad busca es una identidad futbolística, un equipo que genere un circuito de juego mediante el cual enamore a sus espectadores. Y eso sucedió en los primeros 45 minutos, en los que la posesión, cantidad de pases y situaciones de peligro creadas por el visitante fueron inequivalentes a ese escueto 1 a 0.
Los extremos de perfiles invertidos, Lavezzi y Di María, rotaron todo el tiempo, lo que le dio gran movilidad y más descargas al tándem Banega-Cambiasso, bien cubierto por Mascherano. Mientras que Messi en los primeros minutos arrancó desde muy atrás pero cuando se comenzó a comunicar con sus compañeros fue un espectáculo. Estados Unidos aguardaba bien metido atrás y marcaban de a tres al astro del Barcelona. Así la Albiceleste solo comenzó a jugar por las puntas y ser lo más profundo posible con exagerada facilidad, que desembocaron en una llegada tras otra. Pero la mala puntería de Di María y las tapadas del arquero Howard prohibían la apertura del marcador. Incluso en el tanto de Cambiasso se produjo al capturar un rebote en el área del 1 local, luego de una distinguida pared entre Lavezzi y Messi, con definición fallida del jugador del Real Madrid.
En el segundo tiempo, el entrenador norteamericano Bob Bradley alineó un sistema más ofensivo y con el ingreso de Agudelo, un referente de área, le sacó presión a Altidore para potenciar la figura de Donovan. Pese a ello el empate llegó de la manera más lógica cuando un equipo es sometido, mediante una pelota parada y un error de Andújar que no pudo retener el balón ante el primer intento en el cabezazo de Bocanegra.
La curiosidad del partido fue que extrañamente el jugador argentino que más faltas recibió fue el capitán Javier Mascherano, volante de contención en el equipo del Checho, cuando naturalmente ese puesto de las estadísticas lo ocupa Lionel Messi. Esto se debió a que en los últimos quince minutos el partido se desnaturalizó al punto de ser un simulacro de kung fu y todos empezaron cometer entradas de manera excesiva, ante la total pasividad del árbitro mexicano Roberto García Orozco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario