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Hecho por Alejandro Caruso

miércoles, 9 de mayo de 2012

Remodelar para volver atrás


El Comité Ejecutivo reformuló el nuevo torneo que comenzará a regir la próxima temporada en Primera División. Dos ruedas y un campeón por año. Sistema que ya se utilizó para la temporada 1990/91. Habrá tres descensos por promedios y desaparecen las promociones.

El Newell's campeón en la final del 91 ante Boca, en La Bombonera, por penales con Bielsa en andas, quien acababa de obtener su primer título como entrenador.


Desde la AFA determinaron ¿por última vez? la forma de disputa de la renovada Primera División desde agosto. Finalmente serán dos ruedas (Torneo Inicial, de agosto a diciembre, y Torneo Final, de febrero a junio), en la que los dos ganadores se batirán en una final, en estadio neutral, para ver quien es el campeón de la temporada. Es decir, habrá dos ruedas, pero un solo campeón por año.
El tema descenso finalmente quedó determinado que serán tres y todos por promedios. Quedarán abolidas en forma definitiva las promociones, lo único que se tenía en claro hasta ahora.
El nuevo torneo en realidad retrocede 20 años, ya que su ideología esta copiada a la temporada 1990/91 en el cual se consagró Newell’s Old Boys de Rosario (ganador del Apertura 90), tras vencer por penales 3 a 1 en una final a Boca (ganador del Clausura 91). Claro, ahora pasarían a llamarse Torneo Inicial y Final, entonces sí es nuevo.
El cambio rotundo es que aquella vez en la que también se usó dos rondas para consagrar a un campeón radica en que en la próxima temporada la final será a partido único y en cancha neutral. Y por lo que nos venimos rigiendo en la Copa Argentina, que también se juega a un solo partido, no seria descabellado que varios campeones se definan desde el tiro del punto de penal, más que nada en lo poco que se arriesga cada vez más en el amarrete y mezquino fútbol local, que si trataba de innovar para atraer atención con un nuevo formato, retroceder dos décadas no pareciera una nueva idea.
Esta nueva forma de disputa se da por dos cosas. Los clubes querían mantener los dos torneos (es decir, comenzar de cero cada seis meses), pero Don Julio Grondona estaba encaprichado con la idea de tener un solo campeón por año, algo que jerarquizaría el fútbol doméstico. Su plan era una rueda de 38 fechas tal como se juega en la Segunda División, pero ante la postura de los presidentes de las instituciones y no haber consenso se llego a esta ecuación:

Los clubes querían dos campeonatos + Don Julio un campeón = dos ruedas y que los ganadores definan en una final.

Para seducirlos económicamente el ganador del Torneo Inicial se llevará un millón de pesos de suma, misma cantidad para el ganador de la otra rueda, en tanto que el campeón recaudará un total de dos millones. Si bien el dinero siempre viene bien en los endeudados clubes del fútbol argentino con exorbitantes números rojos, el saldo total del campeón parecería una cargada con los montos que se manejan actualmente en las más prestigiosas instituciones. Por caso, Boca con los dos millones del título solo podría pagar la mitad del salario anual de su jugador estrella, Juan Román Riquelme, o por hacer una gira con dos o tres amistosos por México, sería capaz de recibir la misma cifra que por obtener el primer puesto en el Torneo Inicial o Final.
El plus de jugar una rueda cada seis meses desde cero a partir febrero, más allá de tener un finalista, es que renueva las expectativas e ilusiones de jugadores e hinchas de luchar nuevamente por alcanzar la final, algo que se encuentra dentro de los aspectos positivos. En los negativos, serán los posibles problemáticas que tendrán los equipos del que salga primero en el Torneo Inicial (es decir que concluye en diciembre, en la reapertura del libro de pases) como hará para evitar que su plantel no se desmantele (suponiendo en el caso de que sea un equipo chico vidriera que necesite exportar) para llegar a la final entero y tener la misma base con la que accedió a la gran final.
Lógicamente que si hay un mismo ganador en ambas ruedas, no habrá necesidad de disputar una final. A su vez se resolvió el tema del campeón descendido (algo que podría suceder con Tigre esta temporada y no sucede en ninguna parte del mundo), quedó decretado que si algún ganador de rueda pierde la categoría, deberá dejar su lugar en la final a quien lo terminase escoltando.
A la Copa Libertadores 2014 clasificarán los dos finalistas, el mejor ubicado en la tabla general (suma de las dos ruedas), el campeón de la Copa Argentina (que como dijimos en otros posts será anual de febrero a noviembre) y el que llegue más lejos en la Copa Sudamericana.
En tanto que a la Sudamericana 2014 irá el mejor clasificado en la tabla general más los cinco mejores puntajes que le sigan, siempre y cuando no participen en la Libertadores. Clarísimo y fácil.
Además de rememorarse al campeonato de la temporada 90/91, este formato de medir a ganadores de dos rondas para consagrar a un campeón se usó no hace mucho en la B Nacional. Desde la temporada 2002/03 hasta la 2006/07, en la que jugaban Apertura y Clausura y luego los ganadores de ambas ruedas, luchaban por el primer ascenso, tal cual pasará en Primera para esgrimir al máximo y único ganador. Esa modalidad tampoco duró demasiado, ya que luego de cinco años adoptó el actual sistema de jugar 38 fechas y consagrar al verdadero y justo campeón de torneo largo. ¿Los torneos de Primera División correrán la misma suerte? Era lo que en un principio quería Grondona, pero por ahora serán dos ruedas para una sola estrella. 

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