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Hecho por Alejandro Caruso

domingo, 11 de julio de 2010

Estrellas por fantasmas

España obtuvo su primera Copa del Mundo, al ganarle por 1 a 0 a Holanda, con gol de Andrés Iniesta a los 11 minutos del segundo tiempo suplementario. El inglés Howard Webb, de pésimo arbitraje, expulsó a Heitinga, en el equipo de Van Marwijk.



Los que se pensaron que en las finales se podía apreciar el juego más vistoso de los participantes, indudablemente estaban equivocados y jamás vieron un partido decisivo. Es cierto que llegaron los dos mejores equipos del Mundial, pero también es cierto que las finales se juegan así, con los dientes apretados, morder en cada pelota, fricción y poco juego. Bastante poco juego, tan poco que el único que intentó fue España. Y con ese poco, de escasos centímetros llamado Andrés Iniesta le alcanzó para obtener el máximo título a nivel selecciones por primera vez en su historia.
Si hubo pierna fuerte en exceso un poco fue porque era la propuesta de Holanda para cortar el circuito de distribución del balón por los dirigidos por Vicente Del Bosque, sobretodo en la mitad de la cancha, donde abusaron las infracciones al Cerebro Iniesta y a Xabi Alonso, que se llevó los tapones de De Jong marcados en el pecho, quedándole como si tuviese un marcapaso. La Furia Roja por momentos se enganchó y dolían las gentilezas. Esto llevó que en apenas 20 minutos, el número de amonestados se elevara a cinco.
El otro poco de esa exacerbación de juego violento y desconocimiento del lema “juego limpio” fue producto de Howard Webb, el inglés que en las horas previas al partido había deseado pasar inadvertido. Tan fue así que era lo mismo jugar sin árbitro. Y no hay tecnología que valga, hizo un breve resumen de lo pésimo que estuvieron los colegiados en la mayoría de las decisiones que tomaron (o no) durante el Mundial. Decisivo en el gol del triunfo, ya que la jugada empezó al no sancionar un corner para el equipo de Van Marwijk. Con el criterio de las faltas no hay cámaras ni robots, nada mejor que un humano que pueda distinguir cuando se evita una oportunidad manifiesta de gol o la vehemencia con la que se dirige hacia algún oponente. Pero este no fue el caso del referí ni de sus asistentes. Incapaces de elevar su sanción o advertir a las estrellas como Sneijder o Xavi.
El juego de España vislumbra por la cantidad de pases consecutivos que pueden realizar sin perder el balón, sobretodo cuando se junta el motor del Barcelona, Xavi e Iniesta. Este es el gran generador de juego, sumado a otros buenos volantes que aportan su buen pie, cuando es necesario, por lo tanto se hace muy difícil robarle el protagonismo. Pese a ello la Naranja pudo bañarse en gloria ya que lo tuvo dos veces en los pies del mismo hombre. Arjen Robben, quien al mejor estilo de comercial de indumentaria deportiva tuvo sus momentos de torcer el destino pero desgraciadamente para él desperdició sendos mano a mano, por indecisiones o tardar en ellos. Igualmente gran mérito tuvo Iker Casillas, ya quen el primero, casi vencido, logró desviar la pelota con su pierna derecha en esas atajadas que valen un gol, o en este caso ganan una Copa del Mundo.
Webb solamente expulsó a Heitinga, pero varios más debieron ver la roja. Se apreciaba que esa podía ser la llave que destrabara el partido, debido a que además de ser una final típica y característica en las que abundan la entrega y los pocos goles, tuvo la particularidad de ser emotiva, porque tras una habilitación de Cesc Fabregas a seis minutos para ir a penales, Iniesta apareció sólo y cruzó su remate a Stekelenburg. Claro, se iba a sentir mucho la diferencia de un hombre demás, sea cualquiera de los dos el perjudicado, los pesos pesados que tenían enfrente eran realmente influyentes para eso y entre la roja y el gol solo se habían sucedido siete minutos.
No podía ser otro que el volante del Barcelona el que convirtiera el gol más importante en la historia de España. Un seleccionado que será recordado por su toque, su gran defensa a partir de la posesión de la pelota, la que empezó con críticas tras la derrota 1 a 0 contra Suiza en el debut, pero a base de solidez y consolidación en su sistema, el entrenador no traicionó la fórmula con la que habían jugado durante los tres años que lleva el proceso, que comenzó con la obtención de la Eurocopa 2008 (la segunda para los ibéricos y la primera fuera de su país) y su primer Mundial. Afuera los fantasmas de eliminaciones en cuartos de final, ahora consiguieron la primer estrella grande.



Ocho por tres
España fue el campéon que menos goles ha recibido (2 y ninguno en segunda ronda) pero también el que menos ha convertido. Fueron ocho repartido en tres jugadores: Villa 5 (goleador junto a Muller de Alemania, Sneijder de Holanda y Forlán de Uruguay), Iniesta 2 y Puyol 1.

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