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Hecho por Alejandro Caruso

miércoles, 14 de noviembre de 2012

No hubo oasis en el desierto


Argentina igualó 0 a 0 ante Arabia Saudita en el último amistoso del año de los jugadores que se desempeñan en el fútbol europeo. Opaca imagen del conjunto dirigido por Alejandro Sabella. Sirvió para recaudar unos cuantos dólares pero no para probar jugadores.


Pocas conclusiones se pueden sacar de un partido amistoso a finales de año, cuando no se juega por nada. La excusa fue un millón y medio de dólares que ingresaron a las arcas de la AFA y que podrían de haber sido doscientas mil razones menos de no presentarse Messi. Que para alegría del tesorero de la Asociación del Fútbol Argentino sí estuvo, pero solo físicamente.
El astro del Barcelona demostró ser terrenal y más allá de algún arranque en velocidad, no fue lo suficientemente desequilibrante para romper el cero en el partido. Así se perdió la chance de ser el máximo artillero en solitario, en un año calendario con el Seleccionado y quedó igualado en 12 con Batistuta, en lo que fue, hasta ahora, mejor temporada con la camiseta albiceleste.
Además de recaudar el dinero necesario, se podría haberle sacado más provecho al amistoso ante un Arabia Saudita que demostró ser más de lo pensado, si se probaban jugadores que normalmente no son habituales en la lista de convocatorias, cuando es por lo puntos. Y ni siquiera Sabella pensó en ello.
Bajo ese contexto se presentaban como titulares Fabricio Coloccini (el más regular, salvó una pelota en la línea, podría ser recambio), Tino Costa (nunca se hizo cargo del armado de juego en su primera citación con Sabella) y el Toto Salvio. Luego ingresaron Franco Di Santo (le aportó movilidad y tuvo dos oportunidades de marcar en su debut absoluto en la Mayor) y Augusto Fernández, pero no lo suficiente como para hacer una evaluación de si merecen otra chance o la desperdiciaron por completo ya que terminaron diluyéndose en la mediocridad que a esa altura abusaba del partido.
Argentina fue dueño absoluto de la pelota, pero jamás tuvo profundidad para causarle molestias a la defensa local. Se notó la ausencia de un armador que jugase a uno o dos toques en el medio, dejando entrever la vital importancia de Fernando Gago, en sus últimos cotejos, extrañado por demás. De esta forma, la dupla ofensiva de Messi-Agüero quedo inconexa con la línea de volantes. En el complemento, el DT cambió el esquema agregando en la ofensiva al delantero del Wiggan inglés, tratando de buscar verticalidad para desnivelar de afuera para adentro, pero la intrascendencia continuó más allá del cambio de números y nunca se llegó con claridad al arco de Waleed Abdullah.
Dentro del flojo partido queda por destacar a Sergio Romero, que de no haber sido por acertadas intervenciones, en algunas contras certeras que tuvieron los dirigidos por Fran Rijkaard,  se estaría hablando de un papelón argentino. Lo que pudo haber sido una derrota ante un seleccionado 114º en el ranking FIFA y ya eliminado de la Eliminatoria Asiática rumbo a la Copa del Mundo de Brasil 2014, finalmente fue un empate con un cero gigante inanalizable desde el punto de partido que fue un amistoso trivial más en la lista de la Selección Argentina.

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