Como cada temporada que arranca en el fútbol argentino, es sana costumbre que no sea sin problemas y más curioso aún que aún en desarrollo la 2011/12 ya se vislumbra las posibles trabas del eterno tire y afloje económico por parte de AFA y sus clubes afiliados para la temporada 2012/13 que comenzará oficialmente el viernes 3 de agosto en Primera División.
Es que los clubes le adeudan a AFA, AFIP y ANSES un total aproximado de 500 millones de pesos, siendo el ente organizador de campeonatos su principal acreedor. Y lógico, las instituciones ya no saben de donde sacar dinero para paliar sus huecos.
A
partir de 2009 y a pesar de que la Asociación del Fútbol Argentino apiló sus
beneficios por 41.880.000 de pesos, las deudas de los clubes aumentó de los 202
a los 542 millones de pesos. La salida fácil, que se acuñó desde el último
pasivo negativo que estuvo al borde de detener el ruedo del balón, es la suculenta suma de dinero de $ 600
millones anuales que entrega el Estado a través de los derechos de televisación
del Fútbol Para Todos (aunque en otros casos es para pocos, pero esa historia
va por otro carril), que por la B Nacional contrajo el aumento de 225 millones
más, con un convenio vigente hasta agosto de 2019. Con esta plata las
instituciones pudieron sanear su economía.
El
problema es cuando esa plata forma parte de adelantos, se gasta y cuando hay
que ponerse al día ya no está. Los equipos de Primera más River alcanzan 1303
millones de pesos de pasivo global. Todos siguen pidiendo dinero por adelantado
de la televisión para equilibrar sus finanzas. Si eso no llega porque ya fue
entregado, recurren a créditos blandos a la AFA, quien ya contrajo préstamos
con cuatro bancos por 112.115.400 pesos.
Y claro
si los clubes le deben plata a la AFA, la situación también se siente en dicha
entidad.
Las cuentas bancarias tuvieron un rojo de $ 45.000.000 que ya se cubrió con adelantos extra de las transmisiones de televisión. Todo a pesar del balance superavitario de 2011. Los empleados del edificio de
la calle Viamonte y sus demás sedes, siempre recibieron su sueldo el primer día
hábil de cada mes, pero desde febrero atrasaron sus haberes recién a partir del
quinto día laboral. Todos sufrieron un ajuste y debieron adaptarse al nuevo
contexto económico. Los encargados de las selecciones menores (Humbertito
Grondona, el entrenador del sub-20 Marcelo Trobbiani, el director técnico del
sub-17 Miguel Lemme y los colaboradores Julio Olarticochea y Oscar Garré) no
están ajenos al nuevo contexto económico y hasta el DT del seleccionado mayor,
Alejandro Sabella, debió pesificar su contrato.
Con
algunos dirigentes al borde de la desesperación, Julio Grondona plantea ideas
para paliar gastos, según cree él muchas veces innecesario. Al fin y al cabo,
le deben a él, pero esta movida monetaria también lo hizo ceder en sus
procederes. Así implantó en el último mercado de pases que se abrió en
diciembre/enero, para bajar las incorporaciones permitidas de 4 a 2 y así
desembolsen menos de sus patrimonios. No fue suficiente evidentemente. Entonces
el ajuste ya no solo sería económico.
Un tema
que no trascendió en profundo, pero gira por la cabeza del mandamás, sería la
de inhabilitar el próximo libro de pases en junio por la enorme cantidad de
deudas. Algo que de concretarse detonará y no caerá bien en ninguna
institución, pero quien lo ordena es quien te da de comer de su mano. Y cuando
no hay más, no hay más. Como indicó una voz cercana a Grondona “siempre que la
necesitaron, la AFA estuvo. Ahora necesitamos que ustedes ayuden a la AFA”.
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