El seleccionado argentino sub20 goleó a su par de Corea del Norte
De menor a mayor. Así fue el andar futbolístico de este seleccionado juvenil argentino durante la primera fase del Mundial sub20. Lo que había arrancado con varias dudas de a poco se desestructura para transformarse en la versión más ágil y vertical del equipo que conduce Perazzo.
Ante el equipo asiático la clave estuvo por las bandas con Roberto Pereyra y, principalmente por la izquierda, en la que se paró Carlos Luque, que a su gran velocidad le aportó profundidad lo que complicó la tarea de la defensa norcoreana, que se vio desbordada todo el tiempo por el volante de Colón de Santa Fe. Así llegó el primer gol, tras un centro suyo que conectó a la red el Chucky Ferreyra, a quien le cayó bien la responsabilidad de desenvolverse como única punta ya que fue más peligroso que en los partidos anteriores en los que había sido acompañado por Lamela e Iturbe.
Justamente el habilidoso refuerzo del Porto de Portugal nuevamente tuvo un partido destacado, moviéndose de forma libre al borde del área llenó de faltas a sus contrincantes quienes encontraron esta típica forma para frenarlo. Argentina recién en los últimos 5 minutos del partido estiró la ventaja, aunque había contado con reiteradas situaciones claras más en la búsqueda de una diferencia abultada finalmente merecida.
Así terminó primero en su grupo y sin recibir goles en ninguno de los tres partidos jugados. Una solidez que se intentaba buscar desde el Sudamericano, mucho más valorizada ahora por los constantes infortunios que sufrió la última línea como fue la lesión del capitán Germán Pezzella, a los 29 minutos del primer tiempo.
Otra cosa para destacar fue no ser Lamela-dependiente. La nueva adquisición de
Comienzan los cruce mano a mano, en los que más concentrados hay que estar para seguir creciendo. Para que estos chicos que empezaron jugando con creces, terminen haciéndolo con un fútbol vistoso que llene de esperanza el futuro argentino.
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