El seleccionado juvenil argentino sub20 derrotó a su par mexicano por
Que la frustración de la derrota en los cuartos de final de
Pero de montarse ese escenario posible no parecería anormal dentro de la anomalía en la que se encuentra el fútbol argentino. Los mismos padres son los que trasladan sus fracasos deportivos a sus hijos, a los que colman de nervios con el único objetivo de ganar como sea. Ni siquiera es algo que se ve en las divisiones inferiores que comienzan en la novena, cuando los chicos alcanzan los 14 años. Es algo que viene desde antes, casi desde que están en sus cunas y vive su punto extremo cuando entra a la mínima competencia amateur.
Y desde allí se explica esta nueva rama de proyectos juveniles, muy diferenciada a la era que José Pekerman (luego continuada por su ayudante y amigo Hugo Tocalli), en la que Argentina consiguió cinco títulos en esta categoría, pero algo mucho más importante que eso: el divertirse mientras uno compite, que es mejor la armonía en un grupo armado que 3 puntos, lo cual conlleva a la conexión colectiva para explotar lo individual. Estos enlaces hicieron nutrir a
Si bien obtuvo el triunfo, la impresión que dejó no fue la mejor. Se nota en el entrenador Walter Perazzo. Tiene la cabeza en los escritorios de Viamonte. Más alarmado por su posible casi factible despido que por preparar el equipo para una competencia de primer nivel. Si bien la culpa pasa por los dirigentes de
Justamente lo peor que le puede pasar a Perazzo, quien sabe que está afuera por más que obtenga el primer lugar. Sabe que para él, este primer partido, fue el principio de su fin. La desesperación lo puede llevar a equivocarse, pero él tiene un solo camino, pues nada más esta preparado para ganar. Y lo mismo le transmite a sus dirigidos. Se vio en la forma de plantearle el partido a México. Cedió la posesión de la pelota y aguardó paciente en su campo. Cero intento de triangulación. Cero desbordes y diagonales. Si se ganó fue por un encedido Lamela, quien pareciera que le vino muy bien haberse sacado la mochila del descenso de River para pasar a
Perazzo ya demostró su conservadurismo durante el Sudamericano. Ahora que no tiene nada que perder. En esta edad no corre el exitismo. Es la hora de unir a estos jóvenes, complementarlos para que cuando lleguen a
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